“Somos una Cooperativa activa en San Fernando del Valle de Catamarca desde el año 2010, cuando nos entregaron nuestra matrícula, y nacimos pensando en poder ofrecerle al sector de la economía social una serie de servicios. Luego, con el paso del tiempo fue mutando, cambiando, las diferentes áreas de la Cooperativa se fueron potenciando dependiendo de las necesidades de la época y la posibilidad que tenemos de acceder a ciertos proyectos. Laburamos durante muchos años con el Banco Popular de la Buena Fe y el proyecto de Naciones Unidas para el desarrollo, con fondos de créditos y microcréditos para los emprendedores”, explicó el tesorero de la Cooperativa de Trabajo Juanito Contreras Ltda., Cristian Romero.

Sobre los inicios de la institución y la actualidad, comentó: “Iniciamos como una comercializadora de comercio justo, ligados a diversas redes de alimentos cooperativos. Actualmente, tenemos nuestro local en el centro de Catamarca donde provisionamos a todos los que podemos con los alimentos de la red de alimentos cooperativos y algunos productores catamarqueños. Básicamente, proveemos servicios a la economía social”.

“La población de Catamarca es yo diría que un 70% emprendedora. Todo el tiempo está este discurso de que en las provincias chicas todos laburamos para el estado, pero la realidad es que el estado paga muy poco. La mayoría de los emprendedores son, a su vez, empleados públicos. La composición de la cartera de prestatarios que teníamos eran básicamente mujeres, todas con un segundo empleo, la mayoría sostén de hogar. La economía social en todo lugar tiene cara de mujer”.

Sobre la participación de la Cooperativa en ferias locales, agregó: “Nosotros no solamente recirculamos los productos de la Red Nacional de Alimentos Cooperativos, que son alimentos producidos por Cooperativas de todo el país, sino que también revalorizamos la producción local. Justamente en la despensa que inauguramos, vamos a tener verduras que se producen aquí mismo en las colonias del valle central de Catamarca, del Gran Catamarca como le decimos nosotros, y productos regionales que se producen acá, como aceites de oliva, vinos y dulces. Trabajamos con familias muy cercanas que producen las verduras y hortalizas para poder tenerlas frescas y ofrecérselas al público catamarqueño”.

“Tenemos un área de tecnologías socialmente apropiadas. Trabajamos con los pequeños productores como poder adaptar ciertas tecnologías a sus métodos de producción. No es lo mismo que produzca un latifundio a la producción de una familia en dos hectáreas. Necesitan herramientas diferentes, composiciones diferentes, un apoyo financiero distinto. En Catamarca no hay un estándar para las nueces confitadas, por ejemplo, entonces convocamos a los productores que iban a producir eso para acordar formas, procesos, ingredientes, que pudiéramos generar un proceso organizativo que nos diera un producto estable, concreto, que tuviera características que se mantengan en el tiempo, todo acordado con los productores. Creemos mucho en el desarrollo colectivo y que la salida es por ahí”, indicó acerca de la adaptación de las herramientas a producciones menores.

“Las Cooperativas tienen la posibilidad de jugar dentro del mercado y de poder pelear parte de ese mercado que tiene la acumulación de los grandes monopolios. Siempre peleamos por sacarle esa tajada para que el consumidor consciente pueda tener la libertad de elegir qué comprar, a qué precio, conociendo la historia del producto detrás”, concluyó.

Fuente: El Portal de las Cooperativas